La caída, Albert Camus
- elmundodeloslibros2020
- 6 jun 2020
- 2 Min. de lectura
Camus tuvo la inventiva de crear al personaje Jean Baptiste Clamence, un abogado, que a través de una especie de diálogo-monólogo el hombre va narrando la miseria a la que es conducida su vida.
En Amsterdam, en un bar llamado “México City” el abogado va relatando al principio de la historia cómo es que él se cree un ser superior; él llevaba los juicios no por igual, sino porque que él se sentía por encima, en las alturas. Se jactaba de ser un hombre virtuoso, agraciado físicamente, con una inteligencia excepcional. Pero lo que más se encargó de marcar en un primer momento es ayudaba a los desvalidos, a las viudas y a los huérfanos.

Nada le producía más placer que ayudar al prójimo. Le cautivaba que alguien se acercara a él a dar las gracias por haberle salvado en un caso. Baptiste incluso no cobraba en algunos asuntos o bien, cobraba el mínimo. Este placer de ayudar que el abogado dice sentir, se va desmoronando conforme avanza la historia. Cuenta en pasajes el omiso caso que hizo del auxilio de una mujer y el desaire de un hombre en un restaurante por su aspecto. Dice amarse profundamente, pero solo vive del reconocimiento que le hagan los demás. No pudo encontrar el amor que anhelaba y prefirió el libertinaje.

Expresa el temor de ser juzgados, por eso hay que juzgar primero. Por ello el juicio es todos los días, no hace falta la ley divina porque la humanidad se encarga de juzgar. Habla de la libertad. Refiere que todo hombre desea ordenar, mandar, tener servidumbre, se apoya de la recomendación de que es mejor someterse a la persona astuta, a alguien que pueda dirigirnos. Cuenta que él fue elegido papa, si, un papa. Administraba el sufrimiento de
quienes habían decidido someterse a su voluntad.
Este libro nos invita a una reflexión sobre la miseria humana; quienes viven de las apariencias y de juzgar. Nos inserta un poco en la percepción del amor, y de cómo es alimentado por ilusiones literarias y románticas que se alejan de la realidad.
La caída revela un espacio oscuro de la humanidad, hay reticentes, pero bastará con atreverse a mirar hacia adentro y se podrá comprobar.
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