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Marie Curie, una luchadora inalcanzable que logró dos Nobel con genio y perseverancia

  • elmundodeloslibros2020
  • 6 jun 2020
  • 3 Min. de lectura

Ariadna Castellarnau autora de este libro, relata a través de una fascinante pluma

la vida de una de las Científicas más importantes de los últimos tiempos, Marie

Curie.


Marie Nació en Varsovia el 7 de noviembre de 1867, su madre fue Bronislawa y su

padre Wladyslaw. Desde muy joven mantuvo un espíritu inquieto y amante del

conocimiento, su familia tendría una marca definible en lo que serían sus

posteriores años. Ya que fue educada con altos valores y sin ninguna distinción

por ser mujer. Lo que es loable debido la marcada estigmatización que existía

hacia las mujeres en esa época.




A través de sus estudios, Marie encontró la pasión por la Ciencia. En su país, en

su querida Polonia no podría cumplir este objetivo dadas las restricciones, pero

decide estudiar en la Soborna en París 1891, donde logró terminar con el apoyo

de su hermana a quien en un primer momento apoyó y se sacrificó para que

terminara sus estudios. Fue en 1894 que conoce a Pierre Curie un hombre que le

entrega su corazón científico, profesor e investigador y en 1985 se casa con él.

Tuvieron 2 hijas.


Marie hizo hallazgos en el campo de la radioactividad que fueron cardinales para

el adelanto de prósperos avances científicos. Fue tenaz junto con Pierre para

lograr el descubrimiento de dos elementos químicos: el radio y polonio. Se nombró

polonio a uno de estos elementos en homenaje a su natal y querida Polonia.

Cuando fue el momento de recibir el premio Nobel se oponían a que Marie lo

recibiera por ser Mujer, pero fue gracias a su gran amigo y esposo que se omitiría

tal injusticia.


Con gran arrojo obtuvo dos licenciaturas: se pasaba los días viviendo en la

precariedad tanto en alimentación, dinero y en el espacio en que vivía. Lo único

que la mantenía de pie era su firme convicción por estudiar. Pero el fruto de la

magnitud de su esfuerzo fue: convertirse en la primera mujer en ganar un premio

Nobel en Física junto con su marido Pierre Curie y también la primera en obtener

un segundo Nobel, esta vez en Química. Fue de las primeras mujeres en tener un

doctorado. La primera en acceder a un laboratorio e impartir clases en la

Universidad de la Soborna, esto a pesar de las vicisitudes de quienes se oponían

a que una mujer impartiera clases en una universidad. El laboratorio implico uno

de los mayores sueños de la pareja Curie y que Marie vería consolidado en la

vejez.


Marie encontró la forma de lidiar con su trabajo y de llevar a pie su maternidad.

Una tarea nada sencilla, pero que logró gracias al apoyo de Pierre. Juntos aun

cuando vivieron gran precariedad en su hogar y que no podían tener su propio

laboratorio.




Cuando Pierre murió ella decidió rehacer su vida aunque con un hombre casado.

Este pasaje de su vida fue tormentoso porque además ya era una figura pública y

pasó a ser el escarnio de la prensa. Pero terminada esta situación bochornosa,

donde ni siquiera pudo disfrutar su segundo premio nobel la vida le traería otras

alegrías. Su hija Irene se convertiría en su gran compañera científica, y aunque su

hija Eve sería una antítesis de Irene porque ella decidió seguir las modas del

momento - desde los tacones altos- pero serían sus grandes compañeras. Daría

clases en universidades y conseguiría su gramo de radio gracias al apoyo

incondicional de la reportera Missy, mujer audaz.


Marie dirigiría las petites Curie que salvarían la vida de soldados al finalizar la

primera Guerra Mundial. Conseguiría su segundo gramo de radio gracias

nuevamente a Missy y seria donado al instituto que lograría construir su hermana

en Polonia. Cuando fue a dejarlo sería la última vez que visitaría Polonia.


Marie es la construcción de una lucha, de tenacidad, de rebeldía y de obstinación,

incluso son palabras que escasamente podrían describir su grandeza. Su vejez

marcada por sus cataratas, por el asedio de los medios de comunicación que esta

vez reivindicaban su nombre, las universidades, el público le aplaudía su

grandeza. Cuando murió la tierra perdió una luz, pero sería desde el cielo donde

esta brillaría con más fuerza al paso de los siglos.

 
 
 

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